Se entiende por
contaminación atmosférica a la presencia en el aire de
materias o formas de
energía que implican riesgo, daño o molestia grave para las personas y bienes de cualquier naturaleza, así como que puedan atacar a distintos materiales, reducir la visibilidad o producir olores desagradables.
El nombre de la contaminación atmosférica se aplica por lo general a las alteraciones que tienen efectos perniciosos en los seres vivos y los elementos materiales, y no a otras alteraciones inocuas. Los principales mecanismos de contaminación atmosférica son los procesos
industriales que implican
combustión
Las sustancias extrañas que provocan la contaminación atmosférica son agentes gaseosos y líquidos que se concentran en la atmósfera; sus potenciales fuentes de origen son las siguientes:
1) Procesos industriales: a pesar de las medidas preventivas constituyen uno de los principales focos contaminantes.
2) Combustiones domésticas e industriales: principalmente los combustibles sólidos (carbón) que producen humos, polvo y dióxido de azufre.
3) Vehículos de motor: su densidad en las regiones muy urbanizadas determina una elevada contaminación atmosférica (óxidos de carbono, plomo, óxidos de nitrógeno, partículas sólidas). En Estados Unidos son los responsables de cerca de un 60% del peso total de los contaminantes emitidos a la atmósfera, y en París de un 47% de la contaminación atmosférica. La importancia de cada una de estas fuentes contaminantes es función de la concentración de los agentes emitidos con intensidad superior a la normal, y de las condiciones meteorológicas locales.